A media sonrisa...
Ella parada frente a él... puro silencio... miradas que se cruzan y se van, nadie más habitaba en aquel lugar. La tensión aumentaba cada vez más, pasaba el tiempo y ninguno de los dos hablaba... ella tenía la mitad de una sonrisa dibujada en sus labios, mientras la otra mitad no soltaba ninguna pista que permitiera descubrir sus pensamientos.
Pasan los minutos, miradas penetrantes, un poco de roce con las manos y algunos suspiros, él decide poner fin al silencio... esperando decir algo más bello que el propio "sin sonido" del momento. Convencido, se lanza a ese abismo oscuro en el que no se divisa ni el propio comienzo... pero esperando que el final del mismo, sea el que siempre ha conocido o el que alguna vez conoció.
Unas últimas miradas en silencio... él abriendo la boca para soltar sus primeras palabras... y de pronto, se detiene... no sabe si es correcto... tanto pensarlo y no lo dice... ¿qué está pasando?... ¿por qué no habla y dice lo que siente?... ¿es mejor esperar un poco?... ¿el silencio está hablando por él o él está hablando con el silencio?, ¿está dejando el lugar a las dudas?
No lo sabe... pero después de algunos intentos, e intentando de que ella no perciba el miedo -a pesar de que los dos saben que ese miedo, nerviosismo, tacto, delicadeza, "con cuidado", se encuentra con ellos en ese momento- se ven a los ojos, ella vuelve a sonreír (hundiendo un poco el cachete), él la admira, la idolatra, nadie sonríe como ella... nadie habla con ese tono de voz que lleva a las nubes a cualquiera; y cuando canta... hay! cuando canta!!! esa voz tan delicada se convierte en melodía, caricia, cariños... lo envuelve y lo descontrola... voz única, sensual, perfecta para él. Decidido por esa "seña" desprendida por una media sonrisa y... ella se mueve! cambian los planes... no sabe qué pasó, ¿se va?, ¿se queda?, ¿está nerviosa?...
En ese momento se le acerca un poco a él con el movimiento más lento que pueda dar... y se crea un primer contacto entre los dos. Cambia el mundo, los colores, la lluvia se detiene, se despeja el cielo, la luna ilumina el momento, cambian las caras, los sentimientos, los pensamientos... juntos sonríen, por fin, con la sonrisa completa, sin necesidad de cortarla, sin hipocresias, sin riendas, sin ningún complejo... y se dejan llevar por el momento, ese momento tan esperado por cada uno de ellos.
Los dos querían que llegara el momento, y sucedió al fin. Pensaban que no iba a suceder... pero el silencio era parte de esa unión. Se necesitaba del precioso silencio para que pudieran unirse las palabras y las caricias. Tan solo una mirada... eso era todo, eso era todo...
Cada loco con su peo!
Pasan los minutos, miradas penetrantes, un poco de roce con las manos y algunos suspiros, él decide poner fin al silencio... esperando decir algo más bello que el propio "sin sonido" del momento. Convencido, se lanza a ese abismo oscuro en el que no se divisa ni el propio comienzo... pero esperando que el final del mismo, sea el que siempre ha conocido o el que alguna vez conoció.
Unas últimas miradas en silencio... él abriendo la boca para soltar sus primeras palabras... y de pronto, se detiene... no sabe si es correcto... tanto pensarlo y no lo dice... ¿qué está pasando?... ¿por qué no habla y dice lo que siente?... ¿es mejor esperar un poco?... ¿el silencio está hablando por él o él está hablando con el silencio?, ¿está dejando el lugar a las dudas?
No lo sabe... pero después de algunos intentos, e intentando de que ella no perciba el miedo -a pesar de que los dos saben que ese miedo, nerviosismo, tacto, delicadeza, "con cuidado", se encuentra con ellos en ese momento- se ven a los ojos, ella vuelve a sonreír (hundiendo un poco el cachete), él la admira, la idolatra, nadie sonríe como ella... nadie habla con ese tono de voz que lleva a las nubes a cualquiera; y cuando canta... hay! cuando canta!!! esa voz tan delicada se convierte en melodía, caricia, cariños... lo envuelve y lo descontrola... voz única, sensual, perfecta para él. Decidido por esa "seña" desprendida por una media sonrisa y... ella se mueve! cambian los planes... no sabe qué pasó, ¿se va?, ¿se queda?, ¿está nerviosa?...
En ese momento se le acerca un poco a él con el movimiento más lento que pueda dar... y se crea un primer contacto entre los dos. Cambia el mundo, los colores, la lluvia se detiene, se despeja el cielo, la luna ilumina el momento, cambian las caras, los sentimientos, los pensamientos... juntos sonríen, por fin, con la sonrisa completa, sin necesidad de cortarla, sin hipocresias, sin riendas, sin ningún complejo... y se dejan llevar por el momento, ese momento tan esperado por cada uno de ellos.
Los dos querían que llegara el momento, y sucedió al fin. Pensaban que no iba a suceder... pero el silencio era parte de esa unión. Se necesitaba del precioso silencio para que pudieran unirse las palabras y las caricias. Tan solo una mirada... eso era todo, eso era todo...
Cada loco con su peo!
<< Home