viernes, abril 15, 2005

Negativos de un paisaje



Cuando llegó esperando encontrar las alegrías típicas de ese hermoso puerto, para dejar ir el estrés de aquellos días, sólo se encontró con esa soledad tan fría y sin colores... todos habían desaparecido... ni siquiera el rastro de lo que fue quedó impreso en el momento.

Sólo se escuchaba el ruido de las pequeñas olas pegándole a las rocas, esas rocas que divide el mar furioso, de este pequeño refugio de soledad. Las barcas se mueven de un lado a otro y ni siquiera las aves cantan... no se divisan en todo el puerto.

Cada loco con su peo!