Mi vida dentro de un aeropuerto
Cuando uno está en un aeropuerto todo cambia... te llenas de diversos sentimientos: tristezas, alegrías, recuerdos, añoranzas... es un momento en el que tienes tiempo para todo menos para apresurarte. Esperas por un vuelo a una hora determinada y no puedes hacer otra cosa mas que esperar. Estar dentro de un aeropuerto es como estar en un mundo paralelo en el que no estas apurado, no tienes que dar respuestas, el tiempo se detiene y sólo te quedan los sentimientos.
Me contaste de tus pinturas, pero no las ví... de tus escritos, pero no los leí... de tu vida... Me dejaste pensando en muchas cosas importantes como en darle un vuelco a mi vida y retomar la dirección en otro sentido, o al menos eso es lo que aun siento y sigo pensando mientras espero la salida de mi vuelo. No te lo dije? Es que en un aeropuerto sobra el tiempo para pensar... cosa que a veces no tenemos tiempo en el mundo que está afuera. Es como si nos regalaran un tiempo para meditar, estrictamente... mientras más temprano llegues, más tiempo tendrás. Te sientas... pones una buena música en tu iPod... analizas las actitudes de las personas y piensas en las tuyas... ves a una pareja de enamorados sentados besándose... unos viejitos esperando la salida de su vuelo mientras la viejita, con sus lentes bien pequeños y alejado de los ojos, casi llegando a la punta de la nariz, disfruta de un libro que calculas tendrá como mínimo 800 páginas y pareciera que tuviera más años que la señora... el bebé llorando en los brazos de su mamá y el papá tratando de dormir en la silla de al lado... el niñito corriendo y jugando con su hermanito por todo el pasillo tropezando a las personas que ya lo empiezan a mirar con molestia... De repente, al seguir psicoanalizando a los demás, observas a otra persona que aparentemente anda en lo mismo que tu, o al menos eso parece... con sus audífonos, para aislar el ruido exterior que opaca la historia creada por nosotros mismos, y observando con detalle las actividades de los demás.
Todo esto pasa cuando estoy dentro de un aeropuerto... tu vida cambia, tienes más tiempo, los sentimientos te invaden, cambian tus emociones y sólo queda esperar... para volver al mundo real que nos espera afuera! con el tiempo que nos hace correr y estar alertas a cada segundo, el tráfico con la contaminación de los vehículos, sus choques, insultos y cansancios, ladrones esperando a su próxima víctima en cualquier lugar oscuro y un sin fin de cosas que quizá nunca encontrarás en este lugar... entre el cielo y la tierra...
Al menos, está es una clara descripción de mi vida dentro de un aeropuerto.
Escrito en un viaje reciente... el original lo perdí y esto fue lo que pude recordar...
Cada loco con su peo!
Me contaste de tus pinturas, pero no las ví... de tus escritos, pero no los leí... de tu vida... Me dejaste pensando en muchas cosas importantes como en darle un vuelco a mi vida y retomar la dirección en otro sentido, o al menos eso es lo que aun siento y sigo pensando mientras espero la salida de mi vuelo. No te lo dije? Es que en un aeropuerto sobra el tiempo para pensar... cosa que a veces no tenemos tiempo en el mundo que está afuera. Es como si nos regalaran un tiempo para meditar, estrictamente... mientras más temprano llegues, más tiempo tendrás. Te sientas... pones una buena música en tu iPod... analizas las actitudes de las personas y piensas en las tuyas... ves a una pareja de enamorados sentados besándose... unos viejitos esperando la salida de su vuelo mientras la viejita, con sus lentes bien pequeños y alejado de los ojos, casi llegando a la punta de la nariz, disfruta de un libro que calculas tendrá como mínimo 800 páginas y pareciera que tuviera más años que la señora... el bebé llorando en los brazos de su mamá y el papá tratando de dormir en la silla de al lado... el niñito corriendo y jugando con su hermanito por todo el pasillo tropezando a las personas que ya lo empiezan a mirar con molestia... De repente, al seguir psicoanalizando a los demás, observas a otra persona que aparentemente anda en lo mismo que tu, o al menos eso parece... con sus audífonos, para aislar el ruido exterior que opaca la historia creada por nosotros mismos, y observando con detalle las actividades de los demás.
Todo esto pasa cuando estoy dentro de un aeropuerto... tu vida cambia, tienes más tiempo, los sentimientos te invaden, cambian tus emociones y sólo queda esperar... para volver al mundo real que nos espera afuera! con el tiempo que nos hace correr y estar alertas a cada segundo, el tráfico con la contaminación de los vehículos, sus choques, insultos y cansancios, ladrones esperando a su próxima víctima en cualquier lugar oscuro y un sin fin de cosas que quizá nunca encontrarás en este lugar... entre el cielo y la tierra...
Al menos, está es una clara descripción de mi vida dentro de un aeropuerto.
Escrito en un viaje reciente... el original lo perdí y esto fue lo que pude recordar...
Cada loco con su peo!
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