miércoles, mayo 31, 2006

Sí?...

... como cuando el viento pasa y se lleva a las nubes; así un día te fuiste de mi vida. Estarás recorriendo el mundo rápidamente, conociendo nuevos lugares y cielos inmensos... pero algún día el mismo viento que nos alejó te traerá de vuelta a mí. Quizá estaré en el mismo lugar, quizá más lejos. Quizá me verás como el mismo niño que algún día te vio caminar por los aires, o quizá como el hombre que me he convertido con el pasar del tiempo.

Pasan las horas y los días y no se nada de tí. No ves lo que siento, no sabes lo que espero, no entiendes lo que pienso. Pasan los días y te sigues alejando... o soy yo el que te estoy esperando, para que cuando vuelvas me encuentres en el mismo lugar lleno de nuestras ilusiones y sueños, y los hagamos realidad.

Un día te seguí con pasos apresurados y no logré llegar a tí. Estabas inalcanzable a mis sentidos. Sólo quedaron tus imágenes en mi mente y esa preciosa voz que inspira de cantos hasta a un sordo-mudo.

Sueño con el momento en que nos volvamos a encontrar... sueño con que tengas esa misma sonrisa con la que me enamoraste algun día de Agosto; tu vestido de mujer, tus manos suaves y frágiles, tu mirada penetrante y aliviante a la vez.

Siempre me hiciste sonreír y ver la vida de la manera mas sana. Saber que la vida no es algo serio y que no todo es competir, sino disfrutar del viaje. Sí, es cierto, tuvimos momentos de tempestad y no aguantabas esa sensación, y de tus preciosos ojos brotaban lágrimas incansables. Abrazándote y haciéndote saber que estabas segura en mis brazos, secabas tus labios y me mostrabas media sonrisa diciéndome con tu mirada que todo estaba bien, que yo era el mago de tus sensaciones.

Hoy te miro desde aquí (e imagino que estas conmigo), y te digo que todo está bien, que sigamos siendo los mismos aquellos que construyeron un día esos sueños, que sólo los podemos realizar juntos, que no tengas más miedos, que estoy aquí sólo para ti, que puedes sentirte segura a mi lado... que sigo siendo el mismo niño de aquellos días, que colocándote el anillo te preguntaba mirándote a los ojos: Sí?...

Cada loco con su peo!