domingo, agosto 22, 2010

Hoy no hay título..

...seguimos con los recuerdos o los dejamos para mañana?

martes, agosto 03, 2010

Recuerdos

Y es que cuando te dije que quería que fueras mía, lo decía en serio! Pero creo que volteaste a otros lados y todo fue llegando a su fin. Porque la vida está llena de sorpresas, dicen unos... mientras otros dicen que cada uno crea su destino. Y así tan importante como las decisiones que uno toma, fuiste tú en mi vida... y comenzaron los sueños e ilusiones.

Curioso es que hasta el día de hoy eres la creación de mis historias. Después de tanto, luego de tantos años... ya ni siquiera se si siento lo mismo o si mis ilusiones, imagenes y sueños contigos quedaron en mi subconsciente y desde allí es que puedo soltar todas estas palabras que al final crean un cuento de una realidad que sucedió y que sigue sucediendo en algún lugar de mi cabeza.

Que cosas... eras todo para mí y decidiste tomar otro camino. Hoy,... ¿? incongruencias, recuerdos, pasiones, imagenes,... recuerdos! Sólo quedan los recuerdos y aquellas imagenes en mi cabeza... recuerdos... recuerdos...

Cada loco con su peo!

lunes, abril 20, 2009

Reflexiones

El dia en que los cielos se abran y nos permitan pasar a ese lugar a donde todos vamos, entenderemos el objetivo de la vida... el sentido de nuestra vida.

Aunque sea ya un poco tarde, todo cobrará sentido y nos quedaremos con la boca abierta y sin palabras al darnos cuenta de lo sencillo de vivir... de que las preocupaciones sólo son pruebas de vida y una manera de conocer nuestras fortalezas y nuestra creatividad para resolverlas. Que disparar un arma no nos hace más fuertes... lo hace el llevar aquel agresivo tormento en nuestra mente de por vida. Que enamorarse es símbolo de que todos estamos juntos en lo mismo, de que todos nos conocemos, de que somos del mismo equipo y no podemos vivir solos. Nos daremos cuenta de que vivir es lo más sencillo y lo más lindo que hemos podido realizar, pero que todo era tan perfecto que comenzamos a llenarlo de problemas, envidias, maldades, sólo con el fin de hacerla menos tranquila y menos "sin sabor"... para darle un toque divertido a la vida y darnos cuenta, muchos siglos después, de que cometimos el peor error del universo, sólo por ser impacientes y no disfrutar cada segundo y ver más allá de nuestras narices. Luego nos daremos cuenta de que podíamos tener el universo perfecto, pero que la perfección sólo representaba para nosotros un símbolo de cobardía, de inseguridad, de no querer arriesgarnos.

Estas son algunas pequeñas cosas que entenderemos el día en que el cielo se abra y pasemos por aquel umbral desconocido... el día que pasemos al otro mundo, donde viven todos los que se fueron, donde viviremos por siempre, donde viviremos felices...

Cada loco con su peo!

viernes, junio 13, 2008

Mi vida dentro de un aeropuerto

Cuando uno está en un aeropuerto todo cambia... te llenas de diversos sentimientos: tristezas, alegrías, recuerdos, añoranzas... es un momento en el que tienes tiempo para todo menos para apresurarte. Esperas por un vuelo a una hora determinada y no puedes hacer otra cosa mas que esperar. Estar dentro de un aeropuerto es como estar en un mundo paralelo en el que no estas apurado, no tienes que dar respuestas, el tiempo se detiene y sólo te quedan los sentimientos.

Me contaste de tus pinturas, pero no las ví... de tus escritos, pero no los leí... de tu vida... Me dejaste pensando en muchas cosas importantes como en darle un vuelco a mi vida y retomar la dirección en otro sentido, o al menos eso es lo que aun siento y sigo pensando mientras espero la salida de mi vuelo. No te lo dije? Es que en un aeropuerto sobra el tiempo para pensar... cosa que a veces no tenemos tiempo en el mundo que está afuera. Es como si nos regalaran un tiempo para meditar, estrictamente... mientras más temprano llegues, más tiempo tendrás. Te sientas... pones una buena música en tu iPod... analizas las actitudes de las personas y piensas en las tuyas... ves a una pareja de enamorados sentados besándose... unos viejitos esperando la salida de su vuelo mientras la viejita, con sus lentes bien pequeños y alejado de los ojos, casi llegando a la punta de la nariz, disfruta de un libro que calculas tendrá como mínimo 800 páginas y pareciera que tuviera más años que la señora... el bebé llorando en los brazos de su mamá y el papá tratando de dormir en la silla de al lado... el niñito corriendo y jugando con su hermanito por todo el pasillo tropezando a las personas que ya lo empiezan a mirar con molestia... De repente, al seguir psicoanalizando a los demás, observas a otra persona que aparentemente anda en lo mismo que tu, o al menos eso parece... con sus audífonos, para aislar el ruido exterior que opaca la historia creada por nosotros mismos, y observando con detalle las actividades de los demás.

Todo esto pasa cuando estoy dentro de un aeropuerto... tu vida cambia, tienes más tiempo, los sentimientos te invaden, cambian tus emociones y sólo queda esperar... para volver al mundo real que nos espera afuera! con el tiempo que nos hace correr y estar alertas a cada segundo, el tráfico con la contaminación de los vehículos, sus choques, insultos y cansancios, ladrones esperando a su próxima víctima en cualquier lugar oscuro y un sin fin de cosas que quizá nunca encontrarás en este lugar... entre el cielo y la tierra...

Al menos, está es una clara descripción de mi vida dentro de un aeropuerto.

Escrito en un viaje reciente... el original lo perdí y esto fue lo que pude recordar...

Cada loco con su peo!

sábado, enero 19, 2008

Pequeña historia

Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres.

Cuando el aburrimiento había bostezado por tercera vez, la locura como siempre tan loca, les propuso: ¿vamos a jugar a las escondidas? La intriga levantó la ceja intrigada y la curiosidad sin poder contenerse preguntó: "a las escondidas ... y ¿eso cómo es?" "Es un juego - explicó la locura - en que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón mientras ustedes se esconden y cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes que encuentre, ocupará mi lugar para continuar el juego". El entusiasmo bailó entusiasmado, secundado por la euforia, la alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a la duda, e incluso a la apatía, a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar. La verdad prefirió no esconderse. ¿Para que? Si al final siempre la hallaban. Y la soberbia opinó que era un juego muy tonto (en el fondo lo que la molestaba era que la idea no hubiera sido de ella) y la cobardía prefirió no arriesgarse.

Uno, dos, tres ... Comenzó a contar la locura. La primera en esconderse fue la pereza, que como siempre tan perezosa, se dejó caer tras la primera piedra del camino. La fe subió al cielo y la envidia se escondió tras la sombra del triunfo que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol mas alto. La generosidad casi no alcanza a esconderse. Cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos. ¿Que si un lago cristalino? Ideal para la belleza. ¿Que si una rendija de un árbol? Perfecto para la timidez. ¿Que si el vuelo de una mariposa? Lo mejor para la voluptuosidad. ¿Que si una ráfaga de viento? Magnífico para la libertad... Así terminó por acurrucarse en un rayito de sol. El egoísmo en cambio encontró un sitio muy bueno desde el principio: airado, cómodo, pero sólo para él. La mentira se escondió en el fondo de los océanos (mentira, en realidad se escondió detrás del arcoiris) y la pasión y el deseo en el centro de los volcanes. El olvido... se me olvidó donde se escondió el olvido... pero eso no es lo más importante. Cuando la locura contaba 999.999 el amor aun no había encontrado sitio para esconderse, pues todo lo encontraba ocupado... hasta que divisó un rosal y enternecido decidió esconderse entre sus flores. Un millón contó la locura y comenzó a buscar.

La primera en aparecer fue la pereza, a sólo tres pasos detrás de una piedra. Después escuchó a la fe hablando con Dios en el cielo con convicción, y la pasión y el deseo los sintió en el vibrar de los volcanes. En un descuido encontró a la envidia y claro pudo deducir dónde estaba el triunfo. Al egoísmo no tuvo ni que buscarlo: él solito salió disparado de su escondite, que había resultado ser un nido de avispas. De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió a la belleza. Con la duda, resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada sobre una cerca, sin decidir aun de que lado esconderse. Así fue encontrando a todos, al talento entre la hierba fresca, a la angustia en una oscura cueva, a la mentira detrás del arcoiris (mentira , si estaba en el fondo del mar) y hasta al olvido que ya se había olvidado que estaba jugando a las escondidas. Pero sólo el amor no aparecía en ningún sitio. La locura buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyito del planeta, en cada cima de las montañas y cuando estaba al darse por vencida, divisó un rosal y pensó: el amor como siempre tan cursi, seguro se escondió entre las rosas. Tomó una horquilla y comenzó a mover unas ramas, cuando de pronto un doloroso grito se escuchó. Las espinas habían herido en los ojos al amor... la locura no sabía que hacer para disculparse: lloró, rogó, imploró, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo.

Desde entonces, desde que por primera vez se jugó en la tierra a las escondidas... el amor es ciego y la locura siempre lo acompaña.

Autor desconocido.

Cada loco con su peo!

miércoles, noviembre 21, 2007

Reflexión

Que cosa extraña el hombre:
Nacer no pide,
vivir no sabe
y morir no quiere...

Cada loco con su peo!

domingo, agosto 26, 2007

El amor...

Érase una vez una isla donde habitaban todos los sentimientos: la Alegría, la Tristeza y muchos más, incluyendo el Amor.

Un día, se les fue avisando a los moradores, que la isla se iba a hundir... Todos los sentimientos se apresuraron a salir de la isla, se metieron en sus barcos y se preparaban a partir, pero el Amor se quedó, porque se quería quedar un rato más con la isla que tanto amaba, antes de que se hundiese. Cuando por fin, estaba ya casi ahogado, el Amor comenzó a pedir ayuda...

En eso, venía la Riqueza y el amor dijo: ¡Riqueza, llévame contigo! No puedo, hay mucho oro y plata en mi barco, no tengo espacio para ti, dijo la riqueza.

El Amor le pidió ayuda a la Vanidad, que también venía pasando: ¡Vanidad, por favor ayúdame! No te puedo ayudar, Amor, tú estás todo mojado y vas a arruinar mi barco nuevo.

Entonces, el Amor le pidió ayuda a la Tristeza: Tristeza, me dejas ir contigo? Ay Amor, estoy tan triste que prefiero ir sola.

También pasó la Alegría, pero ella estaba tan alegre que ni oyó al Amor llamar.

Desesperado, el Amor comenzó a llorar... ahí fue cuando una voz le llamó: Ven, Amor, yo te llevo. Era un viejito, y el Amor estaba tan feliz que se le olvidó preguntarle su nombre. Al llegar a tierra firme, le preguntó a la Sabiduría: Sabiduría, ¿quién es el viejito que me trajo aquí? Y La Sabiduría respondió: Es el Tiempo. ¿El Tiempo? Pero, ¿por qué sólo el Tiempo me quiso traer? La Sabiduría respondió: Porque sólo el Tiempo es capaz de ayudar y entender al Amor.

Cada loco con su peo!